Esta vez desde que conocimos a Diego y Montse sabíamos que seria una boda muy especial.
Todas tienen su punto, pero con ellos era diferente, pues el día de la boda desde un principio fue muy emotivo por motivos extra al enlace. Eso sí, no dejaron de reír, de disfrutar y de emocionarse en los momentos claves y más personales.
Y tal y como le predijimos a Diego, el seria al final el que más fotos quería que le secásemos con todos sus invitados y junto a Montse.
Una pareja y otros nuevos amigos que tenemos y que siempre mantendremos en el corazón.
La post boda la hicimos en uno de sus lugares favoritos cerca de las montañas, donde teníamos unas vistas espectaculares y nos dio mucho juego para plasmar tanto el paraje que teníamos delante, como el amor que se expresaban nuestra pareja.
Una tarde en buena compañía y en la que veis alguna imagen de esos momentos.